Un –de acuerdo al gobierno de la provincia canadiense de Alberta– es “una propiedad abandonada, vacante, en ruinas o subutilizada, la cual, debido a su uso anterior, está o se percibe como contaminada, pero que a su vez constituye un potencial para la productividad de la zona y para la comunidad, incluyendo su rehabilitación y reutilización”.
La cantidad de ha estado en continuo aumento a nivel mundial, principalmente debido al crecimiento de las ciudades, lo que ha hecho que áreas industriales que antes estaban en las afueras, queden inmersas en los centros urbanos, y también en virtud de cambios de usos en los planes reguladores. Para que estas ex áreas industriales no se transformen en puntos negros y focos de delincuencia para la ciudad, se deben tomar todas las medidas necesarias para superar cualquier tema de contaminación y, mediante su reurbanización, explotar todo su potencial.
El proceso de reconversión de tiene múltiples ventajas, entre las que se cuentan que las propiedades y terrenos dejan de verse abandonados y descuidados, se evita la existencia de áreas de poco flujo u oscuras que pueden ser núcleos de delincuencia y se eliminan focos de contaminación y suciedad. Adicionalmente, se producen varias consecuencias positivas, como: