El día 12 de junio asistimos al seminario ¿Cómo influye el lugar donde vivimos en nuestra felicidad?, organizado por ESE Business School, y con la participación especial del danés Meik Wiking, director del Instituto para la Búsqueda de la Felicidad y autor de «Hygge: La felicidad en las pequeñas cosas».
Según el experto, la Hygge “tiene que ver más con el ambiente y la experiencia, que con las cosas. Consiste en estar con las personas que amamos. Una sensación de hogar. Sentirnos seguros, protegidos del mundo y permitirnos bajar la guardia. Ya sea teniendo una conversación sin fin sobre las pequeñas o grandes cosas de la vida- o solo estar a gusto en compañía del otro en silencio- o sencillamente disfrutando una taza de té a solas».
Llevado esto a la ciudad, la felicidad tiene que ver con crear espacios público agradables para las personas y abiertos para que puedan ser disfrutados por todos. Por lo tanto, cuando hablamos de ciudad los factores que inciden más directamente en el nivel de felicidad de los ciudadanos son la vivienda, el entorno y el transporte.
En este sentido, la Ministra Gloria Hutt, invitada a exponer en el seminario, destacó que “dos componentes claves para avanzar a la felicidad son las condiciones del lugar donde vivimos y nuestro comportamiento en este espacio, como personas y como comunidad. Es por esta razón que los desarrolladores tienen un rol fundamental en generar los espacios donde vivirán las personas que podrán o no avanzar en su búsqueda de la felicidad”.
Para el caso de Las Salinas, el seminario nos deja la sensación de que vamos por el camino correcto: un buen barrio de uso mixto, con múltiples opciones de servicios, actividades comunitarias, áreas verdes, bien conectado, abierto e integrado con la ciudad contribuye a mejorar la experiencia de los usuarios y, por ende, su felicidad.