Conocer y comprender cómo funcionan los sistemas medioambientales de Viña y la región es un proceso esencial y permanente en Las Salinas.
Por ese motivo, el pasado 24 de enero realizamos un recorrido por espacios medioambientalmente fundamentales para la ciudad, junto a los profesores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Salvador Donghi y Luis Álvarez.
El recorrido inició en donde analizamos la relevancia de las dunas en los ecosistemas locales, tanto en su aspecto de flora y fauna, como en la importancia de las arenas en la zona. Allí nos encontramos con especies de flora nativa, varias de las cuales hemos plantado y estamos monitoreando en el . Esta vegetación crece y se mantiene en forma natural gracias al agua que les entrega la vaguada costera y a la trama que estas mismas especies van generando en forma natural y que les permite protegerse entre ellas… exactamente a lo que aspiramos en el Laboratorio Vegetal y en el futuro Parque Ladera.
Allí también, en el límite con Reñaca, conocimos un caso exitoso de utilización de pisos vegetacionales como forma de paisajismo, en una plaza ubicada en . La asociación biológica de matorral y bosque permite convertir este espacio público en un lugar acogedor y en un ecosistema rico.
Continuamos nuestro recorrido visitando el y luego la , específicamente el peñón Las Salinas, ambos con una riqueza natural digna de visitar.
Durante la tarde los profesores nos mostraron uno de los lugares más inesperados. A pasos del metro , plenamente inmerso en la ciudad pero casi escondido, se encuentra un claro ejemplo del triángulo biológico que permite la formación y el traslado de las arenas por la ciudad: una , con un flujo de agua permanente gracias a la protección del agua en el subsuelo (el agua que caía era puramente mineral, de una lluvia de 40 años atrás que se mantuvo estancada en el subsuelo, donde cogió los minerales); la , desde donde sale la arena con su componente principal cuarzo, que se fracciona gracias a la gravedad y la tracción del agua; y el , que viene de la vertiente y permite el desplazamiento, arrastre y acolmatamiento de la arena en las riberas litorales, desde donde la corriente marina traslada y reubica. Cabe destacar, mismo tipo de arena que vimos en las dunas, al inicio de nuestra visita… mágico! Sin embargo, pudimos constatar como el estero, al ser intervenido con fines urbanos, está reducido a su mínima expresión impidiendo el correcto traslado de arenas.
Una jornada que nos permite seguir entendiendo cómo es necesario que en todas nuestras actividades, especialmente al momento de desarrollar el proyecto de barrio Las Salinas, conozcamos, comprendamos y respetemos el entorno biológico que nos rodea.