Asistimos al Seminario , donde escuchamos las interesantes intervenciones de la ,, y de , , para terminar la jornada con un panel de expertos que incorporó a , .
Para abrir su presentación, la Ministra destacó que Chile cumple 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad ante el cambio climático: tenemos costas bajas, lo que nos hace propensos a inundaciones; vastas zonas áridas y semiáridas que se incrementan con la desertificación; zonas de bosques, que son propicios para los incendios; propensión a los desastres naturales; zonas urbanas con alta contaminación atmosférica; y zonas montañosas, que generan riesgo de aluviones por deshielos.
Por lo tanto, aseveró, el para generar una solución, ya que estamos en un momento de inflexión porque la ciudadanía está sintiendo en carne propia los problemas del calentamiento global y está demandando acciones concretas para enfrentarlo.
Por lo tanto, la estrategia está en aprovechar esas mismas condiciones naturales de nuestro país que generan vulnerabilidad, y transformarlas en oportunidades de crecimiento y desarrollo. ¿Cómo? Aprovechando que la naturaleza chilena nos ofrece la mayor fuente de energías renovables: solar, gracias al desierto de Atacama; eólica, por la fuerza de nuestro mar y geotérmica, todas energías limpias para usar y exportar a otros países. Además, tenemos a capacidad de generar insumos, como cobre y litio, para impulsar la electromovilidad; mucho acceso a agua, por ser un país con un largo borde costero, y grandes bosques que permiten absorber los gases de efecto invernadero.
Por su parte, la científica Maisa Rojas, destacó la . Por ejemplo, enfatizó que la iniciativa por mantener calentamiento en -1,5 grados en una conversación fundamental, ya que rebajar medio grado implica menos climas extremos para que vivan las personas (menos olas de calor y precipitaciones extremas), implica -al 2100- ahorrar un cambio de nivel del mar de 10 cm., implicando menos inundaciones especialmente en pequeñas islas; además, y también representa 50% menos de personas expuestas a escasez de agua.
La meta es reducir las emisiones de base de efecto invernadero en 45% para la próxima década y a 0% en 2050. Esto requiere cambios de tecnología, pero también cambios de comportamiento de cada uno de nosotros.
Durante la conversación del panel de expertos, se destacó que todos los esfuerzos por mitigar los efectos del cambio climático traen consigo una enorme cantidad de sinergia para resolver otros problemas, como pobreza, desigualdades, carencias, etc. En este sentido, la ministra Schmidt estableció que “necesitamos cambiar el modelo económico para generar una nueva economía que sea capaz de cubrir las necesidades de los seres humanos respetando los límites que tiene el planeta… Y todavía están las condiciones dadas para que este enorme cambio sea posible”.
Por su parte, Gonzalo Muñoz alertó que “actuar a tiempo nos va a presentar un camino hacia el desarrollo sostenible, ya que estamos en un punto en el que el problema es evidente y nos empieza a importar… tenemos que hacer que ese problema nos importe por sobre otros”.
Finalmente, Marisa Rojas destacó el trabajo a nivel científico que se está realizando, con 7 mesas de trabajo y la relación permanente con el Ministerio del Medioambiente. Un proceso de gran aprendizaje, que ha movilizado a casi 500 científicos para trabajar ad honorem, apoyando mesas con talleres y encuentros.
Según dijo, “una medida inédita para un país pequeño, que no tiene tantos científicos en aparato público, con un sistema que va a permitir una toma de decisiones con evidencia”.
Finalmente, es importante destacar que la Agenda Ciudadana de COP25 incluye eventos masivos, conversatorios, participación de universidades, etc., con una agenda de acción climática con acciones concretas (forestación, limpieza de playas, economía circular) y un .